Hermandad penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte
La hermandad penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte es una cofradía religiosa católica de la ciudad de Zamora. Forma parte de la Semana Santa de Zamora con su procesión del Lunes Santo. Fue fundada en el año 1974 y realizó su primera salida el 25 de marzo de 1975.
Las angostas y viejas rúas por las que desfila esta Hermandad hacen que tenga una acusada personalidad en todos los órdenes.
Sin duda el paso del Santísimo Cristo por la calle de Balborraz, el cántico del ‘Jerusalem, Jerusalem’, en la plaza de Santa Lucía, y el paso del arco de Doña Urraca, son momentos especiales donde se puede degustar la austeridad y la penitencia.
La Hermandad celebra todos los años antes de la salida del desfile Procesional un Via Crucis signo de nuestro fervor Cristiano ante el Dolor de Cristo y en cuyo acto se reza por todas las intenciones de la Hermandad.
Así mismo la Hermandad celebra en la Tercera semana de Cuaresma un Solemne Triduo. A parte de los actos ordinarios que la Junta de Gobierno estima oportunos.
Desfile
La hermandad, formada por unos cuatrocientos miembros, tiene su sede en la iglesia de San Vicente Mártir, donde se rinde culto a la imagen y lugar del que sale y al que llega la procesión. La imagen es la única de Zamora que se procesiona inclinada.
Comienza a las doce de la noche del lunes santo, callejeando por el casco antiguo hasta llegar a la plaza de Santa Lucía, donde el coro entona el tradicional Jerusalem, Jesuralem. El coro entona también otras composiciones como, Pater, Sitio, Tenebrae entre otras a lo largo del recorrido hasta que se recoge hacia las dos de la madrugada en la misma iglesia donde en ese momento se entona el Vexila Regis.
Los penitentes visten hábito monacal blanco con capucha, sandalias y faja. Portan también una tea.
Habito
Inspirado en los cuadros de Zurbarán y en los murales del Monasterio de la Rábida, los hermanos visten túnica y cogulla de estameña blanca, faja de arpillera, ceñida a la cintura y sandalias franciscanas. Del cuello cuelga un crucifijo reglamentario réplica del Titular que desfila. Portan una tea o antorcha de cera y parafina.
Imagen
Se trata de una escultura en madera policromada que representa un cristo crucificado. El primer documento que refleja la existencia de la imagen data del año 1855. En el 1945 se traslada a su emplazamiento actual. Desde esa fecha ha sido sometida a varias restauraciones, ya que la talla estaba en un estado de conservación muy malo. Esta tallado a mano por Gaspar Becerra.
La imagen no es portada en una mesa como es tradicional, sino en unas sencillas andas diseñadas para ser portadas por 8 hermanos, con una inclinación de unos 30 grados.
0 Comentarios